La educación para los medios y la alfabetización digital se han vuelto más que necesarias ante la proliferación de plataformas digitales mediando nuestra actividad cotidiana. Este proceso alfabetizado va más allá de la identificación de saberes, competencias y conocimientos digitales o un simple instruccionismo para entender cómo las personas participan en modo activo o reactivo en la Sociedad del Conocimiento.
Dado que los medios de comunicación juegan un rol importante en la configuración de identidades, exploración de relaciones y vinculaciones en los terrenos económicos, sociales, políticos y culturales, se vuelve vital captar su relación con la corporeidad, la representación, la historicidad y la transformación personal a través de ellos. Estas relaciones de producción y articulación simbólica son captadas desde las nuevas dimensiones de la educomunicación a través del análisis del acceso, uso, consumo y apropiación crítica de medios e hipermedios.
Retomando a McLuhan, el concepto de alfabetización desborda al libro y la palabra impresa y se extiende a todos los medios. La comunicación escrita busca su equilibrio con la comunicación visual y ahora con la digital. La imagen transformó el entorno; la red, hizo global y omnipresente el nuevo imperio mediático.